Diario de un porteño: Cambio de mando

Hace unos días fue la ceremonia de cambio de mando, como buen porteño pensé que sería un espacio donde por fin los ciudadanos tendríamos la oportunidad de presenciar de manera directa el ejercicio de la democracia. El primer pero fue que para lograr ingresar uno debía tener invitación, lo intentamos con varios días de antelación pero fue imposible; así que nos tuvimos que conformar con vivirlo desde afuera, de lejos, viendo llegar a los políticos y autoridades desfilar como si se tratara de una gala o un estreno de cine. Los vimos entrar, salir y eso fue todo.
Decepcionados caminamos por Pedro Montt esquivando a los señores carabineros que andaban un poco más agresivos que lo normal o sino pregúntenle al joven que fue golpeado y detenido por carabineros, quién se dirigía a su casa y sin darse cuenta sobrepasó el perímetro “protegido”. Aprovechamos de comer un completo en el Paola y nos fuimos en dirección hacia Condell para tomar la locomoción de vuelta hacia nuestro hogar.
Estábamos a casi una cuadra de la Plaza Victoria y un sonido de tambores y cánticos nos llamó la atención, en el lugar, banderas de todos colores y la alegría en el rostro de las personas me hizo pensar en alguna celebración o carnaval del que no me había enterado, de repente a mi lado pasa Jorge Sharp, saluda, sigue su camino y se suma a la celebración, intrigado me acerco y me encuentro con varios diputados recién asumidos y a una ex candidata presidencial compartiendo junto a sus adherentes.
En medio de gritos, cada uno de ellos al escuchar su nombre, bajaba de la tarima, tomaba un plumón y realizaba su firma en una gran hoja, era un acuerdo de trabajo por parte de esa colectividad, en donde los que recién asumían sus cargos se comprometían a respetar los acuerdos y los principios que los habían llevado a esos puestos, lo que más nos sorprendió era que lo hacían en la calle, en plena Plaza Victoria de frente a los ciudadanos y no encerrados entre cuatro paredes y con unos selectos invitados.
En ese momento, más allá del color político de cada persona, sentí que la Plaza de la Victoria le hacía honor a su nombre, en ella se juntaban porteños y afuerinos para celebrar de manera limpia, ordenada y educada una fiesta ciudadana. Celebraban una elección política, un acto democrático, y por fin se hacía junto a quienes los eligieron.
para mi por lo menos el protocolo se debe respetar siempre.
Frente Amplio con el pueblo ✊🏻❤️