Tiempos dorados en la bahía: Valparaíso a través de la nostálgica pluma de Manuel Rojas
Recientemente me volví a sumergir en la primera obra del renombrado escritor chileno Manuel Rojas, «Lanchas en la bahía», un tesoro literario que vio la luz en 1932. Desde las primeras líneas, la novela me envolvió, transportándome a la época dorada de Valparaíso y otorgándome una perspectiva renovada de la ciudad que amo.
La trama, centrada en la vida de Eugenio, un joven lanchero que respira el aire salado del puerto, no solo teje una historia de lucha contra la pobreza, injusticia, violencia y descubrimientos personales, sino que también sirve como un espejo fiel que refleja la cotidianidad portuaria. Rojas utiliza un lenguaje coloquial y una narrativa ágil, capturando con maestría las complejidades de la vida en Valparaíso durante aquellos años.
Los personajes secundarios, desde el incisivo capataz Alejandro hasta el entrañable pelirrojo conocido como el Rusio del Norte, y la inolvidable Yolanda, la prostituta, se erigen como símbolos vivos de la diversidad y la humanidad que caracterizan a los habitantes de Valparaíso.
Sin embargo, lo que verdaderamente me dejó atónito fue el homenaje apasionado que Rojas rinde a la ciudad. A través de sus palabras, Valparaíso cobra vida con detalles vívidos y realistas. Los cerros, las calles, los edificios, los monumentos, los barcos, las lanchas, los muelles y la bahía se despliegan ante el lector con una nitidez que trasciende el tiempo y el espacio. La ciudad se convierte en un personaje por derecho propio, con una personalidad única que se entrelaza con la trama.
Al sumergirme en las páginas de esta novela, experimenté una travesía temporal y espacial, descubriendo Valparaíso en la década de los 30 con sus luces y sombras, su encanto y crudeza, su rica historia y cultura. Fue como si mis ojos se transformaran en los de Manuel Rojas, contemplando y sintiendo la ciudad con un amor que, a pesar de sus críticas, era palpable en cada palabra.
«Lanchas en la bahía» se erige como un testamento literario que me permitió contemplar Valparaíso con una perspectiva renovada. Una obra que no solo enriquece mi comprensión del patrimonio y la literatura de la ciudad, sino que aviva en mí el deseo de explorar más a fondo su pasado y su presente. A todos aquellos que buscan sumergirse en una historia cautivadora, una visión perspicaz y una descripción apasionada de una ciudad única en el mundo, les recomiendo esta joya literaria.