La Ciudad tranquila o un paseo por el Cerro Panteón

Dar una vuelta por el Cerro Panteón, es darse una vuelta por la historia de Chile y de Valparaíso, también es la oportunidad de visitar un museo al aire libre y recorrer un oasis de silencio dentro de lo que es la vorágine de sonidos que llenan la ciudad.
Ubicado entre la subida Ecuador y Cumming, el acceso a este cerro es bastante fácil, subiendo desde la plaza Aníbal Pinto en pocos minutos uno se encuentra frente a la división que separa al Cerro Cárcel del Cerro Panteón. El origen del nombre, se debe a que dentro de sus límites se encuentran ubicados 3 cementerios; Cementerio Nº1, de Disidentes y el Nº2.
Si bien actualmente este cerro se encuentra ubicado en pleno centro de la ciudad, a principios del siglo XIX el puerto no había crecido tanto y el actual Cerro Panteón estaba en los límites de la misma. Debido a su ubicación limítrofe, fue adquirido por el gobierno de la época para solucionar una crisis sanitaria ocurrida debido a la costumbre de los porteños de sepultar a sus difuntos en lo alto de los cerros o simplemente arrojarlos al mar.
Como un vestigio del pensamiento de esos años, y gracias a la gestión de la colonia británica de la ciudad, se construyó el Cementerio de Disidentes donde podían ser enterrados quienes no profesaban la fe católica.Al momento de ingresar a esta verdadera necrópolis un pesado portón de hierro y unas grandes columnas dóricas dan la bienvenida a los visitantes. De ahí en adelante, se puede comenzar a recorrer sus pasillos siempre rodeados de mucho color verde y el sonido de los pájaros que llenan el sector.
Los visitantes se pueden encontrar con mausoleos pertenecientes a las diversas colonias extranjeras y al observar sus nombres notar la mixtura cultural que se fue dando a lo largo de los años.
Una de las esculturas que más llama la atención, es una réplica casi exacta de la Pietá de Miguel Angel traída desde Roma donada por Juan Brown. También sorprende a quienes van conociendo estos cementerios, la cantidad de esculturas a las que le falta su cabeza, esto debido a diversos actos vandálicos y a los terremotos que han azotado a la ciudad.
Estos mismos terremotos han causado distintos daños durante su historia, en el año 1906 luego de un gran movimiento telúrico, quedaron totalmente destruidas en el Cementerio Nº1, la capilla, la torre del reloj y el mausoleo que protegía el corazón de Diego Portales. Este terremoto fue tan fuerte que causó grandes deslizamientos de tierra desde los cementerios hacia las casas del sector, que según cuenta el cronista porteño Joaquin Edwards Bello una familia se encontraba sentados en la mesa cuando un muerto cayó del cementerio y quedó sentado en ella… “Igual al banquete de una obra de Shakespeare”.
Evidencia de esos terremotos y de los más recientes, se pueden observar en varios mausoleos los que a medio derrumbar muestran su macabro contenido.
Al recorrer esta red de avenidas que componen los diversos cementerios, podemos maravillarnos con los mausoleos, las esculturas y los vitrales para terminar nuestra visita observando la ciudad desde el balcón mirador junto a la tumba de Pascual Baburizza en el Cementerio Nº1.
*De los personajes célebres y los mitos que rodean este particular cerro pronto un nuevo artículo.
Dirección: Calle Dinamarca,Cerro Panteón. Valor de la Entrada: gratuito.